Tengo que deciros que siempe me ha gustado el fútbol y he disfrutado mucho durante 18 años jugando al fútbol. Fui un portero modesto y pude disfrutar en equipos como Gramanet, Espanyol, Jupiter, 4 Torres, Buen Pastor, Selecció Catalana de Fútbol, etc...
Por temas de familia, trabajo, etc... tuve que apartarme durante años del fútbol. Ahora sin embargo gracias a mi hijo he vuelto a pisar un terreno de juego. He tenido la suerte de que a mi hijo le gusta el fútbol (de momento) tanto o más que a mí. Gracias a esta afición he podido retomar este pequeño mundillo. En Septiembre de 2010 lo apuntamos a la G.P.E. Manigua (Vall d'Hebron). Yo primero quería saber si le iba a gustar o aguantar eso de tener que entrenar dos días por semana y etc... que no sólo era ir a jugar al fútbol.
Al parecer le gusta y no quiere perderse un sólo día de fútbol haga frío, calor, llueva o nieve...
Este Club me brindó la oportunidad de poder volverme a unir a los terrenos de juego. Al parecer el presupuesto es bajo y necesitan voluntarios que echen una mano. Yo el primer día acepté hacerme cargo del equipo de LA ESCOLA y entrenarlos todos los martes y jueves.
Tengo que decir que ahora estamos ya en Febrero y les he cogido un cariño muy especial. Tienes entre 4 y 6 añitos y disfruto mucho con ellos. Es algo recíproco, tú les enseñas y ellos te dan cariño.
Estos son algunos de "mis peques":
DANIEL GONZALEZ
sábado, 5 de febrero de 2011
jueves, 6 de enero de 2011
CAPITULO 9
Al salir del hotel encuentro frente a mí el parque que divisé desde la habitación. Cruzo la calle y me vuelvo buscando la ventana. Todas las aberturas son iguales aunque aseguro saber cual es. En el segundo piso una ventana muestra un hueco en las cortinas. <>.
En la entrada del hotel una carpa de un rojo chillón forma una U al revés dejando un pasillo, encima un enorme cartel con las letras “MIRAMAR” resplandecen con un fuerte haz de luz. Tres estrellas en la parte superior me indican la categoría del hotel.
Miro la calle arriba y abajo y me resulta difícil saber donde estoy. Una pequeña indicación que cuelga de la alambrada que me impide el paso al parque, me señala en forma de flecha:
Entrada al Parque Güell.
Al parecer estoy en la parte posterior del edén, en una calle poco transitada, en donde la gente convive como en una pequeña colonia. Conozco el lugar...
Más de un domingo, por la mañana bien temprano, Sara y yo recorríamos el parque haciendo un poco de ejercicio. Penetrábamos al parque a través del Parque del Carmelo que colinda a unos setecientos metros de la entrada principal del Parque Güell. Habitualmente seguíamos un mismo recorrido por los largos caminos de gravilla y tierra, aunque en muchas ocasiones desviábamos nuestra trayectoria por caminos que se adentraban en la montaña con verdaderos desniveles. En más de una ocasión habíamos recurrido a estos lugares, donde me encuentro ahora, para desconectar del mundo... Pasado por esta calle ascendiendo al mirador, donde la ciudad queda a tus pies.
Ahora sin embargo estoy yo solo. Aquí, en ese mismo lugar, a las siete de la mañana con una terca resaca y sin recordar. Sin saber que ha ocurrido en esa maldita habitación. Sin saber como llegue a parar al hotel. Y sobretodo lo más desconcertante de toda esta horrible situación. ¿Quién pagó el Hotel?. ¿Quién pagó los servicios?.
Puedo imaginar que la borrachera y la ira me llevaron a enredarme con una prostituta y dejarme llevar hasta este hotel. Pero lo que no logro comprender, es que ella pagara la habitación. No es posible. Necesito un extracto de mi cuenta. Necesito saber si he sacado dinero. Si he realizado algún pago. Así podré averiguar algo más. Aunque el recepcionista me dijo que mi mujer había abonado la cuantía, por lo que es imposible que yo la abonara antes. Necesito pasar por un cajero.
Me pongo en marcha, subiré por el mirador y atravesaré el parque que me llevará a la calle paralela a mi casa, donde está el cajero más próximo. Echo un último vistazo al hotel y veo como se enciende la luz de la habitación donde pasé la noche.
-Un servicio de habitaciones muy madrugador –me digo.
En la entrada del hotel una carpa de un rojo chillón forma una U al revés dejando un pasillo, encima un enorme cartel con las letras “MIRAMAR” resplandecen con un fuerte haz de luz. Tres estrellas en la parte superior me indican la categoría del hotel.
Miro la calle arriba y abajo y me resulta difícil saber donde estoy. Una pequeña indicación que cuelga de la alambrada que me impide el paso al parque, me señala en forma de flecha:
Entrada al Parque Güell.
Al parecer estoy en la parte posterior del edén, en una calle poco transitada, en donde la gente convive como en una pequeña colonia. Conozco el lugar...
Más de un domingo, por la mañana bien temprano, Sara y yo recorríamos el parque haciendo un poco de ejercicio. Penetrábamos al parque a través del Parque del Carmelo que colinda a unos setecientos metros de la entrada principal del Parque Güell. Habitualmente seguíamos un mismo recorrido por los largos caminos de gravilla y tierra, aunque en muchas ocasiones desviábamos nuestra trayectoria por caminos que se adentraban en la montaña con verdaderos desniveles. En más de una ocasión habíamos recurrido a estos lugares, donde me encuentro ahora, para desconectar del mundo... Pasado por esta calle ascendiendo al mirador, donde la ciudad queda a tus pies.
Ahora sin embargo estoy yo solo. Aquí, en ese mismo lugar, a las siete de la mañana con una terca resaca y sin recordar. Sin saber que ha ocurrido en esa maldita habitación. Sin saber como llegue a parar al hotel. Y sobretodo lo más desconcertante de toda esta horrible situación. ¿Quién pagó el Hotel?. ¿Quién pagó los servicios?.
Puedo imaginar que la borrachera y la ira me llevaron a enredarme con una prostituta y dejarme llevar hasta este hotel. Pero lo que no logro comprender, es que ella pagara la habitación. No es posible. Necesito un extracto de mi cuenta. Necesito saber si he sacado dinero. Si he realizado algún pago. Así podré averiguar algo más. Aunque el recepcionista me dijo que mi mujer había abonado la cuantía, por lo que es imposible que yo la abonara antes. Necesito pasar por un cajero.
Me pongo en marcha, subiré por el mirador y atravesaré el parque que me llevará a la calle paralela a mi casa, donde está el cajero más próximo. Echo un último vistazo al hotel y veo como se enciende la luz de la habitación donde pasé la noche.
-Un servicio de habitaciones muy madrugador –me digo.
FELIZ 2011
- Solo te deseo dos cosas TODO Y NADA: Todo lo que te haga feliz y Nada que te haga sufrir Feliz año nuevo 2011!!!
- Un sabio dijo: la riqueza de un humano se mide por la cantidad y calidad de los amigos que tiene. Gracias por ser parte de mi fortuna. Feliz Año 2011
- He visto la FELICIDAD y me ha dicho que iba a tu casa. Le he pedido que llevase tambien a la SALUD y al AMOR. Tratalos bien, van de mi parte. Feliz Año 2011.
- La policía ha encontrado en nochevieja el cuerpo carbonizado de un hombre sin cerebro y con una ***** pequeñísima. Te ruego me envíes un mensaje o confirmes que estás bien.Feliz año nuevo 2011.
- Que nunca os falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar donde ir y alguien a quien querer. ¡Feliz 2011!
- Que la lluvia de la felicidad te pille con el paraguas roto, te empape y salpique a todos los que están alrededor. ¡Feliz 2011!
- La policía busca a una persona guapa, sexy, carismática e increíblemente buena en la cama. Tú, claro, estás a salvo, pero yo… ¿Dónde me escondo? ¡Feliz año nuevo 2011
- Espero ser el primero en felicitarte el año nuevo. ¡FELIZ 2013!
- En este momento en este país hay 66.000 personas haciendo el amor, 15.820 están terminando, 19.965 están empezando, 28.819 están en pleno placer y solo hay un@ leyendo mensajes. ¡¡¡Despierta! Feliz año nuevo 2011.
- Te pasas la vida esperando a que pase algo y al final lo único que pasa es la vida… En este nuevo año no esperes, ¡HAZ QUE PASE! Feliz 2011.
- Para los buenos momentos, gratitud. Para los malos, mucha esperanza. Para cada día, una ilusión. Y siempre, siempre, felicidad. Esto es lo que te deseo para el 2011.
- Que este nuevo año encuentres felicidad, salud, amor, dinero, paz y todo lo que necesites. Y lo que no encuentres búscalo en GOOGLE. Feliz año nuevo 2011
- Si la vida te da mil razones para llorar, demuestra que tienes mil y una para soñar. Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad. Feliz año nuevo 2011.
- Cuando suenen las doce campanadas, cierra los ojos y pide un deseo al Año Nuevo, a esa hora yo haré lo mismo. Mi deseo: ¡Que el tuyo se haga realidad! Feliz Año 2011.
- Que todas tus ilusiones y metas se cumplan en el nuevo año, Pero si tu felicidad depende de mi amistad, considérate la persona mas feliz del mundo. Feliz 2011
- Se cambia de año; se cambia de sueños; se cambia de objetivos; se cambia de aspecto. Pero jamás, jamás se cambia de amigos. FELIZ AÑO 2011!!.
- Después de 365 días me vuelvo a acordar de ti. Estás en mi móvil, pero no sé quién eres. Si me contestas, es que lo pasamos bien. Feliz 2011.
- Me he enterado que un ángel se ha escapado del cielo; no te preocupes que no les diré dónde estás ;) Feliz año nuevo 2011
- En estas fechas quería mandarte algo gracioso, increible, tierno,sexy, dulce y muy entretenido.Pero lo siento, yo no entro por la pantalla.FELIZ 2011!!
- Te deseo tanta salud como gotas tiene la lluvia, tanto amor como rayos de luz tiene el sol y tanta suerte como arena tiene el mar. Feliz 2011
- Con lo de la crisis sólo puedo felicitar a uno de mis amigos el 2011. Y te escogí a tí. Pensé que por feo y antipático nadie más se acordaría! Feliz Año.
- Con la crisis hay que ahorrar, así que: Feliz Navidad, Feliz 2011, que te traigan mucho los Reyes, feliz cumpleaños y ya hablamos para el próximo año.
- Pon tu mano derecha en tu hombro izquierdo y tu mano izquierda en tu hombro derecho. Ahí va mi abrazo. Feliz año nuevo 2011
- Este año sólo felicitaré a la gente que realmete me importa. Aquellos que cuando buscas en la agenda del móvil y lees su nombre se escapa una sonrisa. Feliz Año Nuevo 2011.
- No es que me asuste que el tiempo se me pase tan deprisa, sólo me inquieta un poco pensar que tal vez mañana yo sea demasiado viejo para hacer lo que he dejado pendiente. Procura que no te pase. FELIZ 2011.
- Se cambia de coche, de casa, de ropa, de zapatos, de mes, de look, de trabajo, de año; pero nunca de amigos. Feliz año nuevo 2011!!
- Que todas tus ilusiones y metas se cumplan en el nuevo año, Pero si tu felicidad depende de mi amistad, considérate la persona mas feliz del mundo. Feliz año nuevo 2011 !
- Deseo que la paz secuestre tu vida, el amor inunde tu alma y la felicidad refleje en tu cara, te deseo, de corazón todo lo bueno que te mereces. Feliz Año Nuevo!!
- Como hay que ahorrar … Yo te felicito a ti, y tu te encargas de difundirlo entre el resto de mis contactos. ¡Feliz año!
- La crisis me hara dudar de donde gastar el poco dinero que tengo, pero no me hara cambiar el deseo que quiero y es que tengas un Feliz año nuevo 2011.
- Sé que es pronto,pero como conozco a tantas chicas majas,empiezo por las sosas :-P Cuidado con lo que desees porque quiero que se haga realidad.Feliz Año 2011
- Querido amigo, si recibes este sms es porque la luz que te guía está cercana a la mía. Ojalá estas luces nunca se separen. Feliz navidad de todo corazón y próspero año nuevo 2011.
- Ojala tus problemas duren tanto como tus propósitos de año nuevo. ¡Feliz 2011!
- Hoy te he ingresado 365 días de buena suerte, alegría y felicidad en tu cuenta número 20.., adminístrate. ¡Feliz Año Nuevo 2011!
domingo, 17 de octubre de 2010
Uno de cada cinco catalanes vive con menos de 360 euros al mes
Las oenegés catalanas reclaman al Govern que salga del 28-N políticas "más responsables, sociales y solidarias"
Un 19% de la población catalana, una de cada cinco personas, vive en el umbral de la pobreza, es decir, con menos de 36o euros al mes. Este porcentaje se eleva al 25% en el caso de la población inmigrante. En España, hay actualmente nueve millones de personas, una de cada cuatro, que no tiene suficientes recursos para vivir. En todo el mundo, 1.020 millones de personas sufren desnutrición. Estas cifras se han puesto hoy sobre la mesa con motivo del Día Internacional por la Erradicación de la Pobreza.
Un 19% de la población catalana, una de cada cinco personas, vive en el umbral de la pobreza, es decir, con menos de 36o euros al mes. Este porcentaje se eleva al 25% en el caso de la población inmigrante. En España, hay actualmente nueve millones de personas, una de cada cuatro, que no tiene suficientes recursos para vivir. En todo el mundo, 1.020 millones de personas sufren desnutrición. Estas cifras se han puesto hoy sobre la mesa con motivo del Día Internacional por la Erradicación de la Pobreza.
Con motivo de esta jornada y aprovechando la proximidad de las elecciones autonómicas del 28-N, la confederación catalana de oenegés ha pedido al próximo Govern que no escatime recursos en aplicar políticas "más responsables, sociales y solidarias". Así lo han destacado los actores Julio Manrique y Sílvia Bel, que han sido los encargados de leer el manifiesto de las oenegés en un acto en la plaza de Sant Jaume.
"Falta voluntad política"
En el acto, los ciudadanos han podido votar de forma simbólica, en una gran urna, las 10 propuestas que las oenegés han lanzado para combatir la pobreza. Entre estas propuestas, destacan el mantener el gasto social o destinar el 0,7% del presupuesto a la cooperación. Francesc Mateu, presidente de la federación catalana de oenegés, ha denunciado que, a pesar de que hay medios para acabar con la pobreza, "falta voluntad política".
Las entidades han subrayado que la crisis económica ha agudizado la pobreza y ha hecho aumentar la población vulnerable. Durante el acto, también se ha realizado una perfomance en la que, bajo el lema Levántate contra la pobreza, los participantes han levantado unas siluetas humanas sobre las cuales había escritas las letras de la palabra pobreza.
"Falta voluntad política"
En el acto, los ciudadanos han podido votar de forma simbólica, en una gran urna, las 10 propuestas que las oenegés han lanzado para combatir la pobreza. Entre estas propuestas, destacan el mantener el gasto social o destinar el 0,7% del presupuesto a la cooperación. Francesc Mateu, presidente de la federación catalana de oenegés, ha denunciado que, a pesar de que hay medios para acabar con la pobreza, "falta voluntad política".
Las entidades han subrayado que la crisis económica ha agudizado la pobreza y ha hecho aumentar la población vulnerable. Durante el acto, también se ha realizado una perfomance en la que, bajo el lema Levántate contra la pobreza, los participantes han levantado unas siluetas humanas sobre las cuales había escritas las letras de la palabra pobreza.
lunes, 7 de septiembre de 2009
CAPITULO 8
Al salir de la habitación del hotel me doy cuenta que se necesita una tarjeta para entrar. Antes de cerrar la puerta, vuelvo a entrar y me decido a buscarla. No la encuentro. Me dispongo abandonar la habitación cuando la veo ante mis ojos. Esta en una ranura que hay en la pared al lado de la puerta. La sacó de ahí y al cogerla las luces se apagan.
Avanzo por el estrecho pasillo hasta llegar al ascensor. Al lado se encuentran las escaleras. Presionó el botón de llamada y espero. Me asomo por el hueco de las escaleras y veo que solo hay dos tramos de escalera. Giro a mi alrededor pero nada me indica la planta. Las habitaciones no tienen números, solo letras por lo que no se puede deducir la altura de piso. Me declino por usar las escaleras.
Todo está en silencio. Cuando llego al final de las escaleras se oye un pitido avisando de la llegada del ascensor.
-A buenas horas.
Un pequeño siseo se centra en mi oído derecho. En mi entrecejo las pulsaciones zumban impidiendo que pueda abrir los ojos del todo. Aunque el baño me había sentado bien, parece que no es suficiente. Necesito descansar, unas cuantas horas de sueño me dejaran como nuevo.
Me acuerdo de Miguel y la traición me sigue acuchillando. No puedo creérmelo, quiero imaginar que todo esto es un mal sueño. Me gustaría no pensar por unos minutos, quedarme en blanco, desaparecer del mundo. Imposible. Por lo menos por el momento. Posiblemente la suerte llame a mi puerta cuando llegue a casa y pueda dormir unas cuantas horas en un maravilloso ensueño que me aleje de toda la realidad.
El sonido de una campanilla me devuelve al entorno en el que me encuentro. He llegado al recibidor del hotel.
Es un rectángulo bastante amplio, en un lateral una vitrina expone unos cuantos acreditativos del hotel. La luz es tenue a estas horas de la mañana, en el techo hay unos focos de alegre diseño pero están apagados. Solo unos pequeños fluorescentes a ambos lados bañan con su sutil luz el recibidor. En la pared que queda a mi derecha, a pie de las escaleras, se centra el ascensor. A cada lado de las puertas metálicas un cuadro muestra diversos paisajes. En el tramo más alejado un cenicero de pie.
El tintineo vuelve a sonar. Me giro a mi izquierda de donde procede y a través de unas firmes puertas de cristal diviso lo que debe ser la garita del recepcionista del hotel. Una mujer la hace sonar estrepitosamente.
-¿Hay alguien? –pregunta mientras se apoya sobre la barra inclinándose para ver más allá. Lleva una camisa blanca que pronuncia un descomunal escote por el que puedo ver el canalillo que forman sus recogidos y firmes pechos. Su media melena ondulada de un caoba agudo cae escondiéndome su cara.
Lleva una falda ajustada que realza sus curvas. Unos zapatos negros con un elegante tacón de aguja todavía hace su figura más esbelta. Una chaqueta a juego con su falda cuelga en su brazo izquierdo mientras que su mano agarra un pequeño bolso negro que al parecer conjunta perfectamente con su traje y sus zapatos. Por un momento me quedo embobado.
No se por qué llevo conmigo el picardía que encontré en el fondo del jacuzzi. No se por qué no lo he dejado en la habitación. No creo que sea un adecuado trofeo para exponer en el comedor de casa. Ni siquiera creo que sea un trofeo. La cuestión es que lo llevo conmigo.
Sacó la prenda del bolsillo interior de mi chaqueta y la extiendo frente a mí por un momento. Miró a la mujer y vuelvo al picardía. No es posible. No lo creo. <>
La bella mujer hace un ademán de volver a su posición inicial. Su pie derecho que estaba de puntillas apoya el exuberante tacón en el suelo. En rebujo entre mis manos la prenda y la vuelvo a introducir rápidamente en el bolsillo. La mujer mira a un lado y a otro y vuelve hacer sonar la campanilla.
No me ha visto.
Ahora puedo ver su cara. Sus precisas cejas sutilmente marcadas le dan una expresión radiante. Sus ojos de un verde penetrante cautivan mi total atención. Su nariz respingona da un toque grácil mientras que sus característicos labios le dan un toque de sensualidad.
Sigo parado en el último escalón con la mirada perdida en esa mujer. No se si esperar o salir sin más. No estoy seguro de querer que nadie me vea. Pero tampoco sé donde estoy ni si tan solo alguien me conoce. En ese momento un hombre de pelo negro y gafas con una montura prominente aparece en la garita. Pide disculpas a la mujer y se excusa. La intrusión del recepcionista me devuelve a la realidad y bajo el escalón. Las puertas de cristal se abren ante mí. No me había dado cuenta del pequeño artilugio de proximidad colocado en el centro de éstas...
Las dos caras se vuelven hacia mí. Sin tiempo de reacción comienzo a caminar en su dirección. Atravieso las puerta que se cierran tras de mí con un suave chasquido al chocar entre sí.
-Buenas noches –digo a mi parecer.
-Buenos días, señor –me contesta el recepcionista. Son las siete de la mañana y está amaneciendo. Idiota. <>. Noto calor en mis mejillas e intento disimular mi error.
-¿Abandona usted nuestro hotel? –me pregunta amablemente mientras empuja por encima de la nariz sus gafas con su dedo índice para frenar su trayectoria descendente-. Esperamos que haya sido de su agrado, señor.
El rostro de la mujer me mantiene en silencio por un momento. Me mira fijamente mientras dejo que me penetren sus profundos ojos verdes. Ahora que estoy tan cerca de ella algo me resulta familiar. Sus labios se desvanecen hacia un lado mostrándome una risueña sonrisa. Yo hago lo propio, y le devuelvo el gesto con una mueca un tanto tímida. Inmediatamente después me dirijo al recepcionista que sigue esperando una respuesta.
-Sí. Todo muy bien –alego-, gracias –levanto una mano y señalo a la mujer-. Pero atienda a esta dama primero –le incito.
-Muy amable –su voz es dulce y agradable-, pero no se preocupe, no tengo prisa –concluye mostrándome nuevamente lo que parece ser su mejor sonrisa. Alcanzo a ver sus dientes, son perfectamente blancos y alineados.
<<...no se preocupe... no tengo prisa>>
Hace tan solo un momento me pareció ver a una mujer nerviosa y extremadamente impaciente porqué atendieran su llamada. Una mujer con las prisas de que se le escapaba el último tren. <>. <>.
Aún sin entender nada me llevo la mano a la cartera para sacar mi tarjeta de crédito. Estoy ansioso por abandonar aquel lugar. Y ahora más que nunca. La mujer me intimida. Quiero zanjar esta situación, me muero de ganas por echar a correr.
No he llegado a sacar mi tarjeta cuando el recepcionista mueve su mano...
-Señor –me dice.
-Alex, por favor –no me gusta que me llamen señor y menos que me traten de usted. Me hacen sentir mayor. Aunque seguidamente después de que mi nombre sale de mi boca no se si a sido una buena respuesta.
-Disculpe se... Alex –prosigue atinando a decir mi nombre-. Su cuenta está abonada –mi cara cambia de expresión. Percibo que la mujer no me quita el ojo de encima.
-¿Cómo? –pregunto incrédulo.
-Su mujer –continúa con su explicación que me resulta confusa. <<¿Mi mujer?>>-. Abonó el importe cuando marchó.
Me quedo pensativo. La sonrisa oblicua del recepcionista me produce nauseas. Ahora estoy más perdido que antes. No comprendo nada. A cada paso que doy me siento más perdido. Más confuso.
Puedo deducir entonces, que mi teoría de haber recurrido a los servicios de una profesional es bastante acertada. Aunque el recepcionista piense que era mi mujer. Pero al fijarme más sublimemente en su sonrisa percibo de que él ya lo sabe. Quiero restarle importancia pero no puedo. ¿Cómo es posible?. ¿He acudido a los servicios de una prostituta y ella se hace cargo de la cuantía del hotel?. No puede ser. O esto no es real o ya no sé en que mundo vivo.
Mis ansias por salir de allí son más preocupantes e intensas por lo que decido no hacer ningún comentario. Le doy las gracias al recepcionista, le devuelvo la llave y me despido amablemente de la mujer. Mientras me dirijo a la salida noto como la mirada de esa misteriosa mujer se me clava en la espalda.
Avanzo por el estrecho pasillo hasta llegar al ascensor. Al lado se encuentran las escaleras. Presionó el botón de llamada y espero. Me asomo por el hueco de las escaleras y veo que solo hay dos tramos de escalera. Giro a mi alrededor pero nada me indica la planta. Las habitaciones no tienen números, solo letras por lo que no se puede deducir la altura de piso. Me declino por usar las escaleras.
Todo está en silencio. Cuando llego al final de las escaleras se oye un pitido avisando de la llegada del ascensor.
-A buenas horas.
Un pequeño siseo se centra en mi oído derecho. En mi entrecejo las pulsaciones zumban impidiendo que pueda abrir los ojos del todo. Aunque el baño me había sentado bien, parece que no es suficiente. Necesito descansar, unas cuantas horas de sueño me dejaran como nuevo.
Me acuerdo de Miguel y la traición me sigue acuchillando. No puedo creérmelo, quiero imaginar que todo esto es un mal sueño. Me gustaría no pensar por unos minutos, quedarme en blanco, desaparecer del mundo. Imposible. Por lo menos por el momento. Posiblemente la suerte llame a mi puerta cuando llegue a casa y pueda dormir unas cuantas horas en un maravilloso ensueño que me aleje de toda la realidad.
El sonido de una campanilla me devuelve al entorno en el que me encuentro. He llegado al recibidor del hotel.
Es un rectángulo bastante amplio, en un lateral una vitrina expone unos cuantos acreditativos del hotel. La luz es tenue a estas horas de la mañana, en el techo hay unos focos de alegre diseño pero están apagados. Solo unos pequeños fluorescentes a ambos lados bañan con su sutil luz el recibidor. En la pared que queda a mi derecha, a pie de las escaleras, se centra el ascensor. A cada lado de las puertas metálicas un cuadro muestra diversos paisajes. En el tramo más alejado un cenicero de pie.
El tintineo vuelve a sonar. Me giro a mi izquierda de donde procede y a través de unas firmes puertas de cristal diviso lo que debe ser la garita del recepcionista del hotel. Una mujer la hace sonar estrepitosamente.
-¿Hay alguien? –pregunta mientras se apoya sobre la barra inclinándose para ver más allá. Lleva una camisa blanca que pronuncia un descomunal escote por el que puedo ver el canalillo que forman sus recogidos y firmes pechos. Su media melena ondulada de un caoba agudo cae escondiéndome su cara.
Lleva una falda ajustada que realza sus curvas. Unos zapatos negros con un elegante tacón de aguja todavía hace su figura más esbelta. Una chaqueta a juego con su falda cuelga en su brazo izquierdo mientras que su mano agarra un pequeño bolso negro que al parecer conjunta perfectamente con su traje y sus zapatos. Por un momento me quedo embobado.
No se por qué llevo conmigo el picardía que encontré en el fondo del jacuzzi. No se por qué no lo he dejado en la habitación. No creo que sea un adecuado trofeo para exponer en el comedor de casa. Ni siquiera creo que sea un trofeo. La cuestión es que lo llevo conmigo.
Sacó la prenda del bolsillo interior de mi chaqueta y la extiendo frente a mí por un momento. Miró a la mujer y vuelvo al picardía. No es posible. No lo creo. <
La bella mujer hace un ademán de volver a su posición inicial. Su pie derecho que estaba de puntillas apoya el exuberante tacón en el suelo. En rebujo entre mis manos la prenda y la vuelvo a introducir rápidamente en el bolsillo. La mujer mira a un lado y a otro y vuelve hacer sonar la campanilla.
No me ha visto.
Ahora puedo ver su cara. Sus precisas cejas sutilmente marcadas le dan una expresión radiante. Sus ojos de un verde penetrante cautivan mi total atención. Su nariz respingona da un toque grácil mientras que sus característicos labios le dan un toque de sensualidad.
Sigo parado en el último escalón con la mirada perdida en esa mujer. No se si esperar o salir sin más. No estoy seguro de querer que nadie me vea. Pero tampoco sé donde estoy ni si tan solo alguien me conoce. En ese momento un hombre de pelo negro y gafas con una montura prominente aparece en la garita. Pide disculpas a la mujer y se excusa. La intrusión del recepcionista me devuelve a la realidad y bajo el escalón. Las puertas de cristal se abren ante mí. No me había dado cuenta del pequeño artilugio de proximidad colocado en el centro de éstas...
Las dos caras se vuelven hacia mí. Sin tiempo de reacción comienzo a caminar en su dirección. Atravieso las puerta que se cierran tras de mí con un suave chasquido al chocar entre sí.
-Buenas noches –digo a mi parecer.
-Buenos días, señor –me contesta el recepcionista. Son las siete de la mañana y está amaneciendo. Idiota. <
-¿Abandona usted nuestro hotel? –me pregunta amablemente mientras empuja por encima de la nariz sus gafas con su dedo índice para frenar su trayectoria descendente-. Esperamos que haya sido de su agrado, señor.
El rostro de la mujer me mantiene en silencio por un momento. Me mira fijamente mientras dejo que me penetren sus profundos ojos verdes. Ahora que estoy tan cerca de ella algo me resulta familiar. Sus labios se desvanecen hacia un lado mostrándome una risueña sonrisa. Yo hago lo propio, y le devuelvo el gesto con una mueca un tanto tímida. Inmediatamente después me dirijo al recepcionista que sigue esperando una respuesta.
-Sí. Todo muy bien –alego-, gracias –levanto una mano y señalo a la mujer-. Pero atienda a esta dama primero –le incito.
-Muy amable –su voz es dulce y agradable-, pero no se preocupe, no tengo prisa –concluye mostrándome nuevamente lo que parece ser su mejor sonrisa. Alcanzo a ver sus dientes, son perfectamente blancos y alineados.
<<...no se preocupe... no tengo prisa>>
Hace tan solo un momento me pareció ver a una mujer nerviosa y extremadamente impaciente porqué atendieran su llamada. Una mujer con las prisas de que se le escapaba el último tren. <
Aún sin entender nada me llevo la mano a la cartera para sacar mi tarjeta de crédito. Estoy ansioso por abandonar aquel lugar. Y ahora más que nunca. La mujer me intimida. Quiero zanjar esta situación, me muero de ganas por echar a correr.
No he llegado a sacar mi tarjeta cuando el recepcionista mueve su mano...
-Señor –me dice.
-Alex, por favor –no me gusta que me llamen señor y menos que me traten de usted. Me hacen sentir mayor. Aunque seguidamente después de que mi nombre sale de mi boca no se si a sido una buena respuesta.
-Disculpe se... Alex –prosigue atinando a decir mi nombre-. Su cuenta está abonada –mi cara cambia de expresión. Percibo que la mujer no me quita el ojo de encima.
-¿Cómo? –pregunto incrédulo.
-Su mujer –continúa con su explicación que me resulta confusa. <<¿Mi mujer?>>-. Abonó el importe cuando marchó.
Me quedo pensativo. La sonrisa oblicua del recepcionista me produce nauseas. Ahora estoy más perdido que antes. No comprendo nada. A cada paso que doy me siento más perdido. Más confuso.
Puedo deducir entonces, que mi teoría de haber recurrido a los servicios de una profesional es bastante acertada. Aunque el recepcionista piense que era mi mujer. Pero al fijarme más sublimemente en su sonrisa percibo de que él ya lo sabe. Quiero restarle importancia pero no puedo. ¿Cómo es posible?. ¿He acudido a los servicios de una prostituta y ella se hace cargo de la cuantía del hotel?. No puede ser. O esto no es real o ya no sé en que mundo vivo.
Mis ansias por salir de allí son más preocupantes e intensas por lo que decido no hacer ningún comentario. Le doy las gracias al recepcionista, le devuelvo la llave y me despido amablemente de la mujer. Mientras me dirijo a la salida noto como la mirada de esa misteriosa mujer se me clava en la espalda.
domingo, 6 de septiembre de 2009
CAPITULO 7
El teléfono volvió a vibrar en su cintura.
-Dime... –contestó rápidamente el hombre de los guantes negros.
-Dime tú –exigió la mujer-. Dime que todo está bien. Que ya lo has hecho. Dime –insiste-, que todo está bajo control...
-Sí... sí –arremete enojado-. Está todo bajo control, joder. El BMW se ha marchado. Sofía –explica- ha movido el coche a un extremo de la explanada y ha vuelto a salir de éste. Iba a ir ahora. Sigue vomitando.
-Perfecto –su voz es más alegre-, muy bien Tomás.
-Tengo que colgar –dice Tomás firmemente. Tiene el pañuelo en su mano derecha, está bien empapado, algunas gotas caen al suelo-. Voy hacerlo ahora. Esto está muy solitario y pronto amanecerá. Empieza haber mucha luz.
-¡Date prisa!. Alex se asomó por la ventana hace tan solo diez minutos. Joder –se queja-, tienes que hacerlo ya...
-¿Qué pasa? –pregunta Tomás.
-La luz. La habitación se ha quedado a oscuras. Va a salir del hotel.
Tomás colgó y apagó el móvil. No quería que hubiesen más interrupciones. Tenía que ser ahora o nunca. Ya se había decidido. Lo iba hacer.
Salió de detrás del árbol, llevaba una chaqueta negra y unos pantalones del mismo color que le daban una sinuosa silueta a su figura. Caminaba despacio pero con pasos firmes. Paró un momento y paseó su vista en torno a su alrededor, todo bien. Se subió la cremallera de la chaqueta hasta el cuello y continuó.
La puerta del lateral del conductor del Mercedes estaba abierta. Sofía apoyada con su mano izquierda en el robusto árbol que quedaba ahora detrás del coche, se inclinaba cada vez que le arremetían las arcadas, y el vomito le asomaba por su boca.
Tomás llegó a la altura del coche, su paso era cada vez más manso y procuraba no tropezar con ningún obstáculo, rama, papel... cualquier objeto que pudiese delatar su presencia. Bordeó el Mercedes y se instaló justo detrás de Sofía en el momento que ella se inclinaba y tosía repetidamente.
Sofía no lo había visto llegar, pero en ese instante, al erguirse de nuevo notó algo. No estaba sola. Se peinó el pelo hacia atrás con ambas manos y giró su cuerpo lentamente. Tomás estaba ahí.
-Hola... –saludó Sofía-, que haces... –más que una pregunta era una afirmación. La expresión de su cara mostró confusión-. ¿Qué.. haces tú aquí? –logró decir mientras pasaba sus dedos por sus ojos-. Que susto me has dado... -conocía a ese hombre...
Sofía no pudo decir nada más.
Tomás se abalanzó sobre ella. Su mano derecha presionó su boca tapando casi toda su cara con el húmedo pañuelo. Con su mano izquierda la agarró por la nuca y presionó hacía sí dejando el rostro de ella en medio de sus manos, que presionaban fuertemente como el abrazo de un oso.
Los ojos de Sofía se abrieron intensamente, parecían inyectados en sangre. En unos segundos desvanecieron. Sofía estaba inconsciente.
-Dime... –contestó rápidamente el hombre de los guantes negros.
-Dime tú –exigió la mujer-. Dime que todo está bien. Que ya lo has hecho. Dime –insiste-, que todo está bajo control...
-Sí... sí –arremete enojado-. Está todo bajo control, joder. El BMW se ha marchado. Sofía –explica- ha movido el coche a un extremo de la explanada y ha vuelto a salir de éste. Iba a ir ahora. Sigue vomitando.
-Perfecto –su voz es más alegre-, muy bien Tomás.
-Tengo que colgar –dice Tomás firmemente. Tiene el pañuelo en su mano derecha, está bien empapado, algunas gotas caen al suelo-. Voy hacerlo ahora. Esto está muy solitario y pronto amanecerá. Empieza haber mucha luz.
-¡Date prisa!. Alex se asomó por la ventana hace tan solo diez minutos. Joder –se queja-, tienes que hacerlo ya...
-¿Qué pasa? –pregunta Tomás.
-La luz. La habitación se ha quedado a oscuras. Va a salir del hotel.
Tomás colgó y apagó el móvil. No quería que hubiesen más interrupciones. Tenía que ser ahora o nunca. Ya se había decidido. Lo iba hacer.
Salió de detrás del árbol, llevaba una chaqueta negra y unos pantalones del mismo color que le daban una sinuosa silueta a su figura. Caminaba despacio pero con pasos firmes. Paró un momento y paseó su vista en torno a su alrededor, todo bien. Se subió la cremallera de la chaqueta hasta el cuello y continuó.
La puerta del lateral del conductor del Mercedes estaba abierta. Sofía apoyada con su mano izquierda en el robusto árbol que quedaba ahora detrás del coche, se inclinaba cada vez que le arremetían las arcadas, y el vomito le asomaba por su boca.
Tomás llegó a la altura del coche, su paso era cada vez más manso y procuraba no tropezar con ningún obstáculo, rama, papel... cualquier objeto que pudiese delatar su presencia. Bordeó el Mercedes y se instaló justo detrás de Sofía en el momento que ella se inclinaba y tosía repetidamente.
Sofía no lo había visto llegar, pero en ese instante, al erguirse de nuevo notó algo. No estaba sola. Se peinó el pelo hacia atrás con ambas manos y giró su cuerpo lentamente. Tomás estaba ahí.
-Hola... –saludó Sofía-, que haces... –más que una pregunta era una afirmación. La expresión de su cara mostró confusión-. ¿Qué.. haces tú aquí? –logró decir mientras pasaba sus dedos por sus ojos-. Que susto me has dado... -conocía a ese hombre...
Sofía no pudo decir nada más.
Tomás se abalanzó sobre ella. Su mano derecha presionó su boca tapando casi toda su cara con el húmedo pañuelo. Con su mano izquierda la agarró por la nuca y presionó hacía sí dejando el rostro de ella en medio de sus manos, que presionaban fuertemente como el abrazo de un oso.
Los ojos de Sofía se abrieron intensamente, parecían inyectados en sangre. En unos segundos desvanecieron. Sofía estaba inconsciente.
jueves, 27 de agosto de 2009
LLAC DEL PARC DE LA CREUETA DEL COLL
"El Lago", así lo llamamos los usuarios de esta maravillosa piscina municipal. Es un lugar muy agradable con un paraje montañesco ideal para los niños. Su poca profundidad (0,60m aprox.) en toda su extensión es de lo mejor para que los niños disfruten como locos sin necesidad de que estemos los padres enganchados a ellos. Te da la libertad de tumbarte al cesped y disfrutar del sol mientras controlas a tu hijo tranquilamente.
Al respecto que otros lugares tiene de bueno que puedes jugar a pelota, llevar colchonetas, etc... con lo que disfrutar en grande con tus hijos dentro del agua.
Al respecto que otros lugares tiene de bueno que puedes jugar a pelota, llevar colchonetas, etc... con lo que disfrutar en grande con tus hijos dentro del agua.
Y aqui es donde empieza todo, en las PROHIBICIONES que últimamente corren por todas las piscinas.
Como ya he comentado tiene la ventaja de jugar a pelota, colchonetas, etc... también entre semana hay canoas con las que disfrutar subiendo a los más pequeños.
Sin embargo en dos años ha cambiado todo mucho. Antes podías comer y fumar en el recinto.
Después te dejaban comer y fumar en la zona PICNIC, en un apartado de la piscina con cuatro bancos de madera.
A mi personalmente me parece algo CORRECTO, que no se coma ni se fume en el cesped y demás, puesto que por desgracia la gente no asume sus responsabilidades como debiera.Ahora sin embargo, tan sólo se puede comer en la zona PICNIC, ya no se puede nisiquiera fumar en todo el recinto (aún siendo al aire libre).
No me importan tantas PROHIBICIONES, siempre y cuando todos fuesemos UNO.
Responsabilidad de los usuarios:
- Hacer caso de las normas del recinto
- Hacer caso de las normas del recinto
Responsabilidad del ajuntamiento:
- Mantener en buen estado el recinto
Yo soy asiduo con mi hijo al "LAGO" y observo que los usuarios hacen caso estricto de las normas que se nos imponen, y si por casualidad tenemos algún extranjero o despistado los socorristas se encargan rapidamente de darles a conocer las normas del recinto amablemente.
Y bien, ¿qué os parece?. A mi me parece personalmente genial, ¿verdad?
EL PROBLEMA LLEGA CUANDO NOS ENCONTRAMOS QUE NO HACEN MEJORAS EN EL RECINTO O MEJOR DICHO UN PEQUEÑO MANTENIMIENTO:
PROHIBIDO COMER EN EL CESPED!!!
¿Tanto cuesta cuatro mesas y cuatro sillas para añadir a los cuatro bancos del PICNIC?
Me parece genial que los usuarios cuiden el cesped para poder disfrutar de él como se merece.
Pero, por qué no se esmeran en cuidarlo? que llevan más de dos años en el estado que observamos en las fotos, que es una vergüenza que solamente nos preocupuemos los usuarios, que cuando te levantas y recoges la toalla esta para ir directamente a la lavadora porqué está llena de barro...
PROHIBIDO FUMAR!!!
Para fumar hay que salir a la puerta de entrada donde como pueden observar hay un cenicero, este cenicero lleva así desde ayer? ummm... al igual desde anteayer...
Por poner un ejemplo cualquiera (aunque quizás no sea el más adecuado) pero recuerdan el parque de la ISLA FANTASIA en vilassar?, vayas por donde vayas en cada 200m hay una papelera y un cenicero...
SEÑORES, ME GUSTA CUIDAR EL MEDIOAMBIENTE, ME GUSTA RESPETAR Y SER RESPETADO.
PARA RECOGER PRIMERO HAY QUE SEMBRAR.
PARA EXIGIR PRIMERO HAY QUE DAR EJEMPLO.
POR FAVOR DEJEN QUE PODAMOS CONTRIBUIR, DEJEN QUE SEAMOS CIVICOS Y PODAMOS AYUDAR ENTRE TODOS A PODER LLEVAR SUS "PROHIBICIONES" A BUEN PUERTO.
Muchas gracias...
Por un mundo mejor...
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